viernes, 9 de enero de 2015

Fungirleo vintage: "Retorno a Edén" [spoilers]

Año nuevo, fungirleo vintage, que los días vuelan y las tontunas de nuestros años mozos se van quedando cada vez más atrás. ¡El tiempo corre que se las pela! Por esta razón, traemos hoy aquí un clásico entre clásicos que demuestra cómo las décadas no perdonan: Retorno a Edén.



De entrada hay que aclarar que aquí hay poco maromaje, pero había que incluir este post en una etiqueta y nada mejor que la de Fungirleo vintage, sobre todo esto último, porque vaya estética del año de la polka. 

Y ahora la verdadera razón por la que hablamos de esta serie en el blog de las haggards. En una conversación vía messenger con Kim, estuvimos sacando a relucir todas las series que vimos hace más tiempo del que queremos confesar, y hete aquí que ella no había visto este tesoro. Casi me caigo de culo cuando me confesó esto. 


¿Pero dónde había estado ella metida cuando se emitió esta serie? ¡Y ni siquiera había visto la reposición en Cosmopolitan! No daba crédito a lo que leía. ¡Había que poner solución a esto ya! Retorno a Edén es un must que toda haggard debe ver, aunque sólo sea para partirse de risa. Es el paraíso de lo hortera, de la quincalla y de la estética ochentera, además de tener un argumento que ya quisieran algunos culebrones. Esa mezcla de El conde de Montecristo, Cristal y La Dama de Rosa, amén de todos los guiños al cine clásico en la parte final, son los ingredientes fundamentales para este pastiche que trata de emular las intrigas de amor y lujo de los estadounidenses. La intro y su música pseudoépica ya nos ponen en situación.




El planteamiento es sencillo: Stephanie Harper, la pobre niña rica tipo Cristina Onassis que viste con el estilo de Lina Morgan en El último tranvía, ha heredado un imperio (no sabemos de qué) y ya va por su tercer matrimonio, además de tener un hijo molón y una hija hortera (como ella) y con cara de haber desayunado vinagre, fruto de los dos casorios anteriores. Stephanie es una perulla que con cuarenta años viste como mi abuela, cosa que no le ha impedido liarse con un (supuesto) tiazo, exjugador de tenis y aparentemente más joven que ella. 
Se ha puesto el tapete de la mesa camilla al cuello
¡Vaya par de gemelas!
Greg, el nuevo marido, es un chulazo engominado al que se le nota a la legua que se ha casado con ella por el dinero. El tonteo que tiene con la amiga de Stephanie apesta desde el minuto uno, mientras que la pava enamorada no se cosca de nada. Y es que Jilly, la mala pécora, está casada con un tío rancio y es normal que le guste el engominado.


Cari, hazte así que se te ven los cuernos
Hey, nena, ¿notas cómo me alegro de verte?
A la rica la quieren poner de fea con unas lentillas negras, canas en las sienes y una nariz NORMAL. Y de fea nada, sólo le hace falta un buen estilista, pero estamos en los 80 y si no te echas sombra de color azulete y te pones unos pendientes plastiqueros de dos kilos no eres nadie. 

Tampoco es el horror, ¿no?
El caso es que aquí hay tomate y más que va a haber. Al marido se le ocurre un maravilloso plan y es llevarse a su mujer y a la amiga a cazar cocodrilos, que seguramente es lo más in en toda luna de miel australiana que se precie. Y para que no se  vea que se ha casado con ella por la herencia, allá que la tira a la charca fangosa con la idea fantástica de que se la coman los bonitos reptiles, mientras que la amiga (japuta) chilla histérica.



¡Quieta pará, que le coman algo por una vez en la vida!
La niña rica sobrevive de milagro y la encuentra un viejo que no se relaciona con el mundo civilizado, le cose la cara con hilo de pescar y le pone un emplasto de barro y no sé qué hierbas que ríete tú de los remedios de Claire Beauchamp.



Esto sí da miedo, reconozcámoslo
A medio camino entre El fantasma de la ópera y el citado Conde de Montecristo, la amnésica Stephanie va curándose y recuperando la memoria. El viejo, que sería aquí como el abate Faria de la obra de Dumas, le da unas piedras preciosas para que se busque la vida. De los pedruscos obtiene tres mil dólares. No sé a cuánto estaría la cotización de la moneda en esos años, pero lo que le estiran las perras es increíble: le dan para irse a una clínica y que le hagan una cara nueva a base de muchas operaciones, además de comer y vivir allí. Lo mismo es que la vida en Australia es muy barata.


Más homenajes: La máscara de hierro
A Dan lo pongo en grande, que tiene barbas y eso hay que destacarlo
El médico que la trata, Dan Marshall, es un barbas (¡bien!) que desde el principio sospecha que ella no es quien dice ser: Tara Welles. Mientras tanto, Stephanie se dedica a recortar periódicos donde se habla de su accidente. Se masca la venganza en el ambiente, muajajaja. Termina yéndose del hospital, dejando al barbas con la miel en los labios y a nosotras indignadas, porque abandona al tío que merece la pena por aplacar su necesidad de revancha. ¡Pichote!


Me largo, pero antes lo cato, que tonta del todo no soy
Entramos en la parte más delirante de la trama y, a la vez, en la más admirable. Mientras sigue tirando del dinero (aún le quedaba, increíble), va averiguando más cosas sobre su marido, la amiga y sus hijos. Decide entonces cambiar de look. Milagros de la vida: cuarenta años sin saber combinar una camisa con un pantalón y de pronto se transforma; va a la peluquería, carga con ropa en las mejores boutiques y a triunfar. ¿En qué puede triunfar esta señora tras el extreme makeover? Agarraos bien, que suelto la gran bomba de esta serie: una nueva Stephanie, aka Tara, con nariz de Michael Jackson y que ya hace décadas que dejó de ser mocita se planta en la oficina de la dueña de una agencia de modelos y le dice "Necesito que me represente, que me haga aparecer en la portada de Vogue en menos de seis meses". Todo esto así, sin anestesia. Y la de la agencia flipa porque le ve "algo". Ese "algo" son unas lentillas azules, un maquillaje a brochazos, un pelo corto horrible y unos pendientes de clip de plástico, además de un modelito que parece un saco a rayas. Es una transformación asombrosa al nivel de la Zoraida de Cristal, es decir, me visto moerna, me pinto y me peino y soy otra. Vale, Stephanie ha pasado por quirófano, ¡pero insisto en que antes tenía una nariz normal! Lo que a la haggards nos gusta de esto es que es madura y se convierte en modelo. ¡Olé ahí! 

Emperatriz Ferrer aka Zoraida aka Tara Welles
¿Vogue? Bitch, please...
La parte del making of del book de presentación es para morirse: esas poses, esos conjuntos de ropa, ESE MAQUILLAJE. Una de dos: o tus retinas sangran o se fortalecen al resistir este delirio cromático y estilístico. Esta mujer es la musa de Joaquín Torres fijo.


Aquí, recolocándome el brazo, como un Terminator
Sujetando paredes/Cotilleando lo que dicen los vecinos
Walk like an Egyptian 

Stephanie planea vengarse de su marido y primero tiene que conocerlo siendo Tara. Empieza el ligoteo yendo a verlo jugar al tenis, invitándolo a un pase de modelos (aquí ya no podía más con los looks) y calentándolo para dejarlo con las ganas. 


¿A que está mejor con pelos de recién follao?
ADVERTENCIA: las siguientes imágenes pueden perjudicar seriamente vuestros ojos.


Tienen que llevar las ingles desolladas, por Dios
Modelito con boa, guiño a las haggards
La hermana y la prima del director


Tara en plan devora-hombres
ADVERTENCIA 2: poneos las gafas de sol, que viene un exceso de brillos.








Greg acude al desfile y está todo el rato con cara de guarro, de muy guarro, pero no del tipo que nos pone perracas, sino del que nos tira para atrás. Stephanie/Tara, por su parte, se dedica a rozarse contra su paquete a base de bien para dejarlo con las ganas de fruncir después.




Repelús 8.0
Y es que, queridas haggards, la venganza que planea esta tontucia es (redoble de tambores) ¡acostarse con el marido! ¿Pero WTF? Mientras tanto, la amiga está todo el día borracha porque no supera el haber participado en la muerte de Stephanie y, por otro lado, el barbas se presenta un día a pedir la mano de la protagonista, jodiéndole el pastel. 


¡El que faltaba pal duro!
¿Conseguirá consumar sus planes con semejante panorama? A partir de aquí es todo bastante vergüenzajenesco, pero es la gracia de este serial. No quiero que el blog pierda seguidores, así que no os torturo más con fotos horribles (tentada he estado de poner un momento ducha de Greg que tela). Si alguna no ha visto esta producción, por favor, que le dé una oportunidad, porque unas risas echaréis seguro. Eso sí: mejor en compañía, que esto es para compartirlo y comentarlo mientras se ve. ¡Prometo un post con buenorros para la próxima, queridas!

¿Pero qué coñio llevan puesto?


DAME AMOR Y COMPÁRTEME, QUERIDA
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miércoles, 7 de enero de 2015

Diccionario haggardiano: Adorafollable

Ya sabéis, queridas haggards, que nosotras somos mucho de indignarnos. A pesar de ser fieles defensoras de la lengua de Jamie Fraser española, tenemos una cruzada particular contra la RAE por su pobre diccionario, en el que encontramos tremendos fallos como la ausencia de "pechote". No nos ha quedado más remedio que intervenir, creando un diccionario como es debido lleno de términos must que recogen todas las necesidades del lenguaje haggardiano que los viejunos de la RAE se empeñan en ignorar (¡pero sabéis que este diccionario va a dominar el mundo, muajajajajaja!).
Si hay una palabra unida a una haggard es la que vamos a definir hoy. Es una de nuestras palabras estrella, la que toda haggard como debe ser maneja habitualmente en su vocabulario, aquélla que queremos que se extienda y sea conocida por todos los confines del Universo. Viene a rellenar(nos) el enorme hueco que todas vemos en el lenguaje. Repetid con nosotras: Sam Heu 
A-DO-RA-FO-LLA-BLE

Según la Sublime Academia Haggardiana de la Lenguaca (de Jamie Fraser), la definición de “adorafollable” es la siguiente 


Porque, para qué vamos a andarnos con rodeos, leemos “adorafollable” y nos viene una sucesión de imágenes a la cabeza como éstas:

Adios bragas y cordura
Sonrisa tierna y mirada percutora
Le voy a agradecer yo a lengüetazos
No LeCabe tanta adorafollabilidad bajo el kilt

[No pasa nada porque a nosotras sí que NosCabe toda, grrrrrrrrrrrrr]
Pero ojo cuidao que Sam Heughan sin kilt caracterizar también parece tener un componente de adorafollabilidad bastante marcado. Nosotras estamos más que dispuestas a comprobarlo, así que ya sabes, #SamQueTeVengasPaEspañaCoñio

Te pone esa sonrisa y le arrancas los botones a mordiscos
¡Y encima te guiña el ojo! ¡Pero ven aquí, escocés, que te como hasta el clan!

Tenemos que hacer especial énfasis en eso de que, para ser adorafollable, tienen que estar compensadas la adorabilidad y la follabilidad. Podemos encontrar un maromo adorable que lo que nos despierte sean ganas de decirle "te quiero mucho pero como amigo", frasaza bajaempalmes donde las haya.

Qué majo eras, Ross, y qué poco nos ponías

Pero también nos podemos encontrar a maromos que nos dan ganas de quitarles la ropa a bocaos antes de decirles nuestro nombre, tales son sus niveles de follabilidad, aunque luego no seamos capaces de mirarles con cara agilipollada mientras nos salen corazoncitos de los ojos. 

Melofollismo supremo pero de adorabilidad esquiva

[También vamos a ser sinceras, si los niveles de follabilidad son tan altos, seguro que intentamos encontrarles la adorabilidad por algún sitio]
"Adorafollable" es primo hermano del término "adorazorrable", otro must para una haggard aunque con connotaciones más cabronas, como corresponde a su inventora, la gran adorazorrable Sadie Saxton (lo segundo mejor de "Awkward"). Lo mejor de "Awkward", sin duda, es otro adorafollable, esta vez en su versión más pollo, Matty Mackibben (y si no sabéis quién es, pinchad, aunque habrá daños colaterales para vuestras retinas). Aquí la adorabilidad tiene más peso que la follabilidad pero no se concibe una sin la otra, ya que es imposible no mirarle, con esa sonrisilla y esos ojazos y querer hacer bad things with him. Él es nuestra versión pollofollable o adorapollable, reservada a los más jovenzuelos.

Menudas cosas me llamáis

¡Peores te las haríamos!
Un adorafollable puede surgir en edades algo más avanzadas. Incluso se le pueden disparar los niveles de adorafollabilidad al contraer matrimonio (con una haggard, por supuesto). Como muestra, ÉL, Hugh Jackman, al que adoramos mucho cada vez está con su mujer.


Le canta a ella y perdemos las enaguas nosotras

Aunque Hugh es de los pocos que son adorafollables sea cual sea la situación o el lugar, ya esté solo...


--- o ejerciendo de padrefollable.



¡Cómo nos conoces, ladrón!
Y ésa es otra. Un maromo adorafollable también lo puede ser por su comportamiento tierno con animalitos y/o niños. No es que nos gusten especialmente ni los unos ni los otros, pero ver a un hombretón comportarse de modo tierno hace que nos den ganas de comerle la boa. Esto nos pasa sobre todo con nuestro adoradísimo David Gandy. El Gandy es un melofó  de volverte las bragas del revés pero de adorabilidad va más justito, no nos vamos a engañar. Ahora, es estar con niños o con perretes y se convirte en un adorafollable supremo de agarrarle y no dejar ni sus patas de gallo, ñam.


Las haggards somos igual de perras, Davidskanfajhfdkjashfk
¿Nombre? Adorafollable ¿Apellidos? Melofor Nico

Tenemos también el componente adorafollable oculto, aquél que únicamente ves cuando el maromo que lo posee se despoja de su ropa personaje. En Dougal Mackenzie encontramos un alto componente de follabilidad (ya sabéis todas que el Fucking Master nos pone muy perracas cuando quiere grind our corns o saca a pasear el brazo de highlander para liarse a dar hostiejas). Pero Graham McTavish es un adorafollable total cuando se quita el kilt (grrrrrrrrrrrrrrrrr) y se apaga la cámara.


Fucking Master con sentido del humor, adorafollable hasta el espolón

Y ojo que cuando se juntan dos adorafollables con el modo bajabragas activo podemos sufrir los fuegos infernales en nuestro bajerío.

A ver por cuál empiezas

¡Ja! ¡Ante esto, una haggard lo tiene muy claro!


Yo siempre voy por delante, queridas

Esperamos que este término haya quedado muy claro. Si necesitáis una segunda parte, por eso de que siempre es mejor que nos lo repitan todo para que nos queda claro, pedidlo, mozas, seguro que algún maromo se presta a educaros...


A partir del 4 de abril ya os enseñaré yo, ya...


DAME AMOR Y COMPÁRTEME, QUERIDA
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